Tengo una casa de verano. ¿Qué hago con la luz cuando no la uso?
Tener una segunda residencia es un lujo que te permite desconectar del día a día, disfrutar de un entorno diferente y crear recuerdos inolvidables. Pero cuando llega la factura de la luz de esos meses en los que la casa está vacía, la experiencia puede no sentirse tan completa. ¿Vale la pena pagar tanto si apenas se ha disfrutado del lugar?
La realidad es que muchas segundas viviendas mantienen costes fijos innecesarios durante los periodos de no uso. La buena noticia es que existen estrategias inteligentes para reducir drásticamente estos gastos sin perder la comodidad cuando decides volver.
Por qué la factura de tu segunda residencia sigue siendo alta
Aunque tu casa de playa o montaña esté vacía durante meses, la factura eléctrica continúa llegando. Esto se debe principalmente a dos conceptos:
- El término de potencia es un coste fijo que abonas por tener la luz contratada, aunque no consumas ni un solo kilovatio. En una vivienda vacía durante 8 o 9 meses al año, estás pagando este término sin aprovecharlo realmente, y usualmente suele ser más alto que el necesario.
- El consumo fantasma es otro factor clave. Electrodomésticos en stand-by, sistemas de alarma, enchufes que siguen conectados, el frigorífico funcionando sin necesidad... Todos estos elementos consumen electricidad aunque creas que la casa está "apagada".
La combinación de ambos factores puede hacer que mantener tu casa de vacaciones represente un gasto significativo incluso cuando no la utilizas. A lo largo del año, este gasto puede acumularse considerablemente, pero con las medidas adecuadas es posible ahorrar en la factura de luz una segunda residencia.
Cómo reducir el consumo cuando la vivienda está desocupada
El primer paso para reducir tus gastos es identificar en qué se está utilizando realmente la energía. A menudo pagamos por consumos que pasan desapercibidos.
Identifica y elimina los consumos ocultos
Antes de tomar decisiones drásticas, haz un recorrido por tu casa y anota todos los aparatos que permanecen enchufados o en modo espera: televisores, routers, microondas con reloj digital, cargadores, deshumidificadores...
Muchos de estos dispositivos consumen entre 5 y 15 vatios de forma constante. Puede parecer poco, pero multiplicado por 24 horas al día y 365 días al año, el resultado es significativo. Un solo televisor en stand-by puede consumir hasta 120 kWh al año.
La solución más sencilla es desenchufar todo lo que no sea estrictamente necesario cuando te vayas. Si tienes muchos enchufes, considera instalar regletas con interruptor para desconectar varios aparatos a la vez.
El dilema del frigorífico
El frigorífico es uno de los electrodomésticos que más consume. Si no vas a estar en tu segunda residencia durante meses, la recomendación es apagarlo, vaciarlo completamente, limpiarlo y dejarlo abierto para evitar malos olores y moho.
Si prefieres tenerlo operativo porque visitas la casa ocasionalmente, asegúrate de que esté en buen estado y ajusta la temperatura al mínimo necesario.
Desconexión total o parcial: qué opción elegir
Planificar el suministro eléctrico de tu casa de verano puede generar dudas. ¿Conviene ajustar el servicio según el uso de la vivienda o mantener ciertas instalaciones activas durante todo el año? La respuesta dependerá de la frecuencia con la que utilices la casa y del nivel de seguridad y mantenimiento que quieras garantizar.
¿Debo dar de baja el suministro eléctrico?
Dar de baja completamente el suministro puede parecer la solución definitiva, pero tiene inconvenientes importantes:
- Costes de reconexión: Pagarás derechos de alta cada vez que vuelvas a contratar el suministro, con esperas de varios días.
- Problemas de seguridad: Tu sistema de alarma no funcionará, ni tendrás iluminación de emergencia ni detectores de humo operativos.
- Dificultades de mantenimiento: Sin electricidad no podrás usar deshumidificadores para evitar problemas de humedad.
Elige la tarifa de luz ideal para tu segunda residencia
No todas las tarifas eléctricas son iguales, y algunas están pensadas específicamente para viviendas de uso esporádico. Al elegir una opción de suministro eléctrico para tu segunda vivienda, conviene fijarse en las siguientes características:
- Término de potencia reducido: algunas comercializadoras ofrecen tarifas con términos de potencia bajos, ideales para viviendas con consumo estacional.
- Flexibilidad de modificación: busca tarifas que te permitan cambiar el tipo de compra de energía contratada sin penalizaciones. Así podrás ajustarla según la necesidad y la temporada sin costes adicionales.
- Sin permanencia: evita compromisos de larga duración. Una tarifa sin permanencia te da libertad para cambiar si tus necesidades varían.
Estrategias inteligentes: domótica y automatización
La tecnología no solo te permite controlar el consumo aunque no estés en casa, sino que también ha transformado por completo la forma de gestionar la energía en las viviendas.
Control remoto y enchufes inteligentes
- Enchufes inteligentes: te permiten apagar y encender dispositivos desde tu móvil, estés donde estés. Puedes programar horarios o activarlos puntualmente cuando lo necesites.
- Termostatos programables: si mantienes algún sistema de climatización mínimo para evitar humedades o temperaturas extremas, un termostato inteligente puede optimizar su uso y reducir el consumo.
- Sistemas de monitorización: instalar un monitor de consumo eléctrico te permite ver en tiempo real qué está consumiendo tu casa, incluso cuando estás lejos.
Temporizadores: la solución económica
Si prefieres soluciones más sencillas, los temporizadores mecánicos siguen siendo muy eficaces. Puedes usarlos para encender luces durante unas horas al día para dar sensación de ocupación, activar el termo eléctrico solo antes de tu llegada prevista o controlar deshumidificadores con ciclos programados.
Mantenimiento y revisiones periódicas
Aunque no uses tu casa de vacaciones a menudo, conviene visitarla cada 2-3 meses para asegurarte de que todo está en orden. Fíjate especialmente en:
- La instalación eléctrica: revisa que no haya enchufes o interruptores con signos de sobrecalentamiento, cables deteriorados o cuadros eléctricos con humedad.
- Los electrodomésticos apagados: asegúrate de que los aparatos que dejaste desconectados siguen así y no hay signos de averías o fugas.
- El contador: comprueba que el consumo registrado coincide con lo esperado.
Una instalación eléctrica en buen estado es más eficiente y segura. Considera realizar una revisión profesional cada 3-5 años que incluya comprobación de protecciones, revisión de la toma de tierra e inspección de cables y conexiones en zonas críticas.
Apuesta por la sostenibilidad energética
Considera contratar servicios extra como nuestro monedero solar e instalar paneles solares fotovoltaicos, generando autoconsumo durante tus estancias, reduciendo la factura eléctrica y mantienen activos sistemas básicos incluso cuando no estás.
Más allá de la generación de electricidad, conviene mejorar la eficiencia energética con buen aislamiento térmico, ventanas eficientes y electrodomésticos de bajo consumo. Con decisiones conscientes y el acompañamiento adecuado, puedes disfrutar de tu hogar sabiendo que tu consumo energético es sostenible y optimizado.
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